Preparación y Propósito: La intención que guía tu sesión RDS

Todo viaje transformador comienza antes de dar el primer paso. En Reflejos del Ser, la experiencia inicia incluso días antes de la sesión, con una preparación consciente de tu cuerpo, mente y espíritu. Esta fase previa siembra las bases para que el proceso florezca plenamente. Piensa en cómo preparar el terreno antes de sembrar: mientras mejor acondicionado esté, más profundo podrá echar raíces la semilla de tu transformación.

Preparación física y mental: Una de las recomendaciones clave antes de tu sesión RDS es cuidar tu energía corporal. Por ejemplo, se sugiere realizar un ayuno ligero (unas horas, adaptado a tu bienestar) antes de la sesión. ¿Por qué? Porque la digestión consume mucha energía, y queremos que esa energía esté disponible para tu mente y tus emociones durante el proceso. No se trata de pasar hambre ni de algo rígido, sino de llegar lo más liviano y en equilibrio posible. Asimismo, recibirás una pequeña guía con consejos para relajarte los días previos: desde evitar estimulantes en exceso, hasta practicar respiraciones profundas o mantener una actitud reflexiva respecto a tu intención. Llegar descansado y centrado multiplicará los beneficios de lo que está por venir.

La intención trascendental: Este es el corazón de la preparación. Se te pedirá definir una intención o pregunta trascendental, es decir, un asunto de tu vida que realmente te importa resolver o comprender a fondo. Puede ser un patrón que se repite, una herida emocional que parece no sanar con nada, una sensación de estar perdido en cierta área, etc. Lo importante es que sea algo genuino y significativo para ti, incluso si al principio no sabes formularlo con precisión. Durante la sesión, tu guía te ayudará a refinar esa intención, como quien enfoca el lente de una cámara hasta conseguir nitidez. Muchas veces, esa intención se resume en una pregunta abierta: por ejemplo, “¿Por qué me cuesta expresarme libremente?” o “¿Cómo puedo sanar la relación con X?”.

Vale aclarar que puedes llegar a RDS con varias sub-preguntas o temas relacionados a tu intención principal. A veces nuestra vida es un enredo de nudos, pero suele haber un hilo conductor común. Juntos exploraremos ese panorama y decidiremos en qué enfocar la sesión para ir a la raíz. Este ejercicio previo de plantear tu gran pregunta ya comienza a mover cosas dentro de ti. Al ponerle palabras a eso que te duele o te intriga, estás dándole permiso a tu subconsciente para que abra sus archivos ocultos. De hecho, la ciencia sabe que nuestro cerebro detesta cambiar sus costumbres (lo percibe como un riesgo), y a menudo se aferra a viejas creencias por supervivencia. Por eso, un primer paso poderoso es decidir conscientemente explorar lo desconocido. Al definir tu intención, le estás diciendo a tu mente: “estoy listo para ver más allá de lo de siempre”. Estás, en términos de Rick Rubin, cultivando tu conciencia para expandir tu universo personal y salir de la zona cómoda del hábito.

Desde la filosofía creativa, esta etapa es equiparable a cuando un artista contempla el lienzo en blanco imaginando qué crear. Rubin sugiere incluso que vivir de forma creativa implica rituales y también soltar rutinas. En la preparación de RDS, tú creas tu propio ritual: quizás escribir tu intención en un cuaderno, preparar una playlist relajante para antes de la sesión, o llevar contigo algún objeto significativo el día de la cita. Son maneras de señalarle a tu interior que algo especial va a ocurrir. No hay fórmulas fijas – como dice Rubin, “utiliza lo que sea útil y deja ir el resto”. Lo importante es la intención y la disponibilidad que cultivas.

Conectando emoción y lógica: Definir una intención trascendental a veces puede ser desafiante. Quizá sientes claramente una emoción (tristeza, frustración, miedo) pero no la puedes vincular a una pregunta concreta. O a la inversa, sabes que quieres “arreglar” algo, pero no logras conectar con la emoción detrás. No te preocupes: este proceso de preparación también consiste en navegar entre el corazón y la mente hasta que ambos alineen su foco. Aquí es útil recordar que las emociones son lo que une la mente y el cuerpo – por tanto, escuchar las señales de tu cuerpo (¿dónde sientes esa preocupación? ¿qué te enfurece o entristece físicamente?) te dará pistas sobre tu intención. Tal vez descubras que el nudo en el estómago que siempre tienes al hablar en público no es solo nervios, sino que esconde una memoria de vergüenza pasada. Esa podría ser la hebra de la que tirar. La neurociencia nos muestra que pensamientos y sentimientos están entrelazados: nuestras percepciones pueden engañarnos sobre lo que realmente nos afecta, y el inconsciente a menudo guarda la verdad de lo que somos. Por eso, poner en palabras una intención profunda es un acto valiente de honestidad contigo mismo.

Al terminar la fase de preparación, llegarás a tu sesión RDS habiendo ya dado un gran paso: saber qué quieres resolver o explorar. No subestimes el poder de esa claridad. Aunque las respuestas aún no se revelen, el simple hecho de haber formulado la pregunta correcta es transformador. Como se suele decir, “cuando el alumno está listo, aparece el maestro”. En RDS, tu propio ser interior será ese maestro, guiado por la experiencia que has preparado.

Antes de cerrar esta entrada, imagina por un momento cuál sería tu intención trascendental si hoy agendaras una sesión RDS. ¿Qué tema de tu vida clama por ser iluminado? Pensar en ello ya inicia el cambio. Si sientes un leve cosquilleo de nervios o esperanza al hacerlo, vas en la dirección correcta. Y recuerda: no hay preguntas “buenas” o “malas”, lo importante es la honestidad y la profundidad con que resuenen en ti. Este es un proceso sin juicios, alineado con esa mentalidad de juego creativo que propone Rubin – aquí no se juega para “ganar” algo, se juega para jugar y descubrir.

Reflejos del Ser

A veces no entendemos lo que sentimos, hasta que hacemos una pausa.
Cuando silenciamos la rutina, el juicio y el ruido mental, surge algo más auténtico: nuestra verdadera voz.

Reflejos del Ser es un espacio para escucharte, verte y reconocerte.
Una experiencia donde la fotografía se convierte en espejo, y tu alma en protagonista.