La experiencia Reflejos del Ser no concluye cuando sales del estudio fotográfico con el corazón rebosante y el alma ligera. En realidad, ese es solo el comienzo de una nueva etapa: la de integrar esa transformación en tu vida cotidiana y mantener viva la chispa de cambio que encendiste. En esta última entrega de la serie, exploraremos cómo es el después de RDS, el acompañamiento que recibes, la perspectiva neurocientífica de por qué esta experiencia puede generar cambios duraderos, y compartiremos algunos testimonios inspiradores de personas que han vivido esta metamorfosis interior.
Acompañamiento personalizado post-sesión: Sabemos que después de un gran insight o liberación emocional, es crucial tener apoyo para procesar todo lo ocurrido. Por eso, RDS incluye un seguimiento cuidadosamente diseñado. Primero, como mencionamos, te llevas la grabación de audio de tu sesión (tanto de la parte hipnosis como de la conversación integradora). Esa misma noche, o en los días siguientes, puedes volver a escucharla. Al hacerlo, seguramente captarás detalles que en el momento pasaron desapercibidos o que adquieran un nuevo sentido con la cabeza fría. Es como releer el capítulo más importante de un libro: afianza la comprensión. Además, unas semanas después se programan dos llamadas de seguimiento (de unos 30 minutos cada una). En esas llamadas, tu guía conversará contigo sobre cómo te has sentido tras la sesión, qué cambios has notado, si has enfrentado desafíos integrando lo aprendido, etc. Es común que tras RDS las personas experimenten una especie de “reordenamiento” en su vida: algunas relaciones mejoran, otras talvez se alejan naturalmente; surgen decisiones postergadas; aparece una sensación de calma donde antes había ansiedad. Pero también es posible que antiguos patrones traten de reaparecer (nuestro cerebro tiene inercias fuertes, recordemos que “detesta cambiar sus costumbres”). Estas llamadas sirven para reforzar tu proceso, responder preguntas y recordarte las herramientas que ahora tienes. Piensa en ello como sesiones de coaching de integración: no estás solo navegando lo nuevo, cuentas con guía mientras incorporas tu nuevo yo en tu realidad.
Entrega de fotografías y reflejo final: Unas semanas después de la sesión (el tiempo puede variar según la producción fotográfica), recibirás tus fotos finales, tanto en formato digital como impresas en alta calidad. Este momento en sí mismo se convierte en parte de la experiencia RDS. Muchas veces, se coordina una entrega ceremonial: vuelves a reunirte con el equipo RDS para ver tus imágenes, y se graba en video tu reacción al verlas por primera vez. ¿Por qué hacemos esto? Porque ese instante captura otro nivel de transformación. Es casi meta-transformador: te ves a ti mismo transformado y esa conciencia te transforma aún más. En la entrega, conversamos sobre cómo te sientes al ver tus fotos, qué te dicen tus propias miradas y gestos congelados en el papel, y recordamos juntos tu viaje. Es una oportunidad de comprobar cuánto has avanzado. A veces surgen lágrimas (¡de alegría o de asombro!), a veces risas y mucho orgullo. Con tu permiso, ese video de entrega puede convertirse incluso en un testimonio para inspirar a otros, pero su principal fin es que tú cierres el círculo de tu proceso de manera consciente y celebratoria.
Entre las fotos, destacará esa Foto Espejo de la que hablamos antes. Se te sugiere algo muy importante: enmarcarla y colocarla en un lugar visible en tu día a día. ¿Por qué insistimos en esto? Pues bien, aquí entra la explicación neurocientífica: nuestro cerebro, a base de repetición, refuerza conexiones neuronales. Tras RDS, has creado conexiones asociadas a empoderamiento, comprensión y paz. Pero si vuelves a la rutina y no alimentas esas conexiones nuevas, las antiguas (por ejemplo, pensamientos negativos recurrentes) podrían querer reaparecer, tal como un sendero viejo en el bosque que quiere volver a ser transitado. La foto actúa como un disparador positivo diario. Cada vez que la miras, consciente o inconscientemente revives parte de esas sensaciones de la sesión, reforzando las nuevas vías neuronales de bienestar. Es parecido a practicar gratitud cada mañana o meditar regularmente: estás entrenando a tu mente. Punset y otros divulgadores han explicado que el cerebro es plástico, capaz de modificarse con nuevas experiencias y aprendizajes hasta edades avanzadas, pero requiere continuidad para consolidar esos cambios. De hecho, para desaprender patrones muy arraigados a veces necesitamos “atajos” o experiencias intensas que nos saquen del piloto automático. RDS es uno de esos atajos, pero luego el mantenimiento depende de cómo integras la vivencia.
A nivel neuroemocional, hay algo muy bonito que suele ocurrir después de RDS: una suerte de efecto dominó positivo. Como has sanado o aligerado una carga interna, tu organismo en general lo refleja. Eduardo Punset señalaba que emociones como la ansiedad crónica o la tristeza profunda pueden afectar múltiples sistemas del cuerpo (inmunológico, hormonal, etc.), volviéndonos más vulnerables. Al liberarte de preocupaciones persistentes, es común que mejores en bienestar físico también: duermes mejor, tal vez desaparecen ciertas tensiones musculares, tu rostro luce más relajado (¡ahí es cuando la gente te dice “te veo diferente, ¿qué te hiciste?”!). No es magia; es la consecuencia natural de quitarle peso al sistema mente-cuerpo. Recuerda: “Hombres preocupados, cerebros devastados” decía Punset, indicando cuánto nos puede destruir el estrés imaginario. Por suerte, vimos que la inversa también aplica: imaginar y sentir felicidad genera la química para hacernos sentir bien. En RDS imaginaste, sentiste y concretaste esa felicidad en tu interior, y ahora tu cerebro trabaja a tu favor. Se reduce el cortisol (hormona del estrés) y aumentan neurotransmisores asociados al equilibrio y la motivación.
Testimonios de transformación: Nada habla mejor de lo que sucede “más allá de la sesión” que las historias de quienes lo vivieron. A lo largo del tiempo, hemos acompañado a personas con diversas situaciones y ver su evolución ha sido inspirador.
Esperamos haber logrado pintar un panorama completo de lo que es Reflejos del Ser y cómo cada componente – intención, hipnosis, fotografía, apoyo posterior – forma parte de un ecosistema pensado para tu transformación integral. Si has llegado hasta aquí, probablemente algo dentro de ti resuena con esta invitación a verte de verdad. Quizá sientes curiosidad, o quizá claramente identificas que tienes esa herida, esa duda o ese anhelo que RDS podría abordar. La invitación está abierta. No desde la presión ni el “tienes que hacerlo”, sino desde el corazón: ¿quieres darte este regalo de autoconocimiento y liberación? Imagina por un momento, dentro de unos meses, tener en tus manos una fotografía que cada vez que la mires te recuerde lo valiente que fuiste al dar el paso, lo mucho que sanaste y quién eres en esencia. Imagina narrarle a tu “yo futuro” cómo decidiste agendar tu sesión y comenzar un capítulo distinto en tu vida. Si esa imagen te dibuja una sonrisa o te da mariposas en el estómago, quizá es hora de actuar.
Nosotros estaremos encantados de recibirte, de ser compañeros en tu viaje y de reflejar tu ser en toda su luz. Gracias por leernos y permitirnos acompañarte a través de estas líneas. Ojalá pronto podamos acompañarte en persona y con cámara en mano.